Hoy cerrarás las ventanas, correrás las cortinas y comprobarás que la persiana no deja resquicios al viento del norte. Y con esto te sitúas en la cúspide económico-social del mundo. Dormir esta noche en un cajero (sin verte obligado a ello) ayudaría a ver los días con otros ojos. Pero no lo harás. Quién en su sano juicio haría tal cosa, ¿verdad?
