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Qué quiso decir McLuhan y por qué debería importarte

McLuhan ¿a santo de qué? Ayer celebré el Día de Las Librerías cómo creo debe hacerse, comprando libros. Concretamente en www.PopularLibros.com, donde mi estimada librera de guardia siempre tiene unos minutos para saludarnos a mi angelito y a mí con afecto y alegría. También los días que, como ayer, un evento alarga la cola de firma de libros hasta la puerta del establecimiento, Máxim Huertas mediante.

Pero la compra fue en la librería infantil que tienen enfrente y el ejemplar no fue para mí. Leerán si te ven leer, leerán si visitan bibliotecas y librerías. Leerán si consiguen encontrar el mecanismo del tiempo y el espacio entre las páginas que yo prefiero impresas sin perjuicio de las virtuales. Pero esta es una historia para otra ocasión.

Hay un herbolario en mi camino a casa que tiene en su entrada dos montones de libros de saldo donde algunas veces encuentro cosas de mi interés y nunca pago más de tres euros por ejemplar. Ayer fue una ‘Balada de Caín’, meritoria del Premio Nadal 1986 para Manuel Vicent, y un ‘¿Qué ha dicho verdaderamente McLuhan?‘, escrito por Alain Bourdin, sobre quien no puedo contarte nada porque todavía nada sé más allá de eminente sociólogo.

Deja claro en las cincuenta páginas iniciales de esta primera edición por Doncel (1973) su opinión sobre los métodos de trabajo de McLuhan. Es decir, su discrepancia en el grueso del asunto y el reconocimiento al valor de las aportaciones de McLuhan aplicando un enfoque y perspectiva concretos.

Mientras leía esas primeras páginas tardé poco en recordar el lema de McLuhan que, sin duda, debí de escribir varias veces en exámenes de universidad: «El medio es el mensaje». Aforismo sujeto a detalle, como propone Bourdin: «la comunicación está fundamentalmente determinada por el canal que utiliza».

Resulta que «el contenido, el mensaje, no es forzosamente el elemento que contiene más significaciones: un mismo texto leído, escuchado por la radio, por la televisión o en una sala de conferencias, con los mismos riesgos de distorsión en todos los casos, no es retenido de la misma manera: esto prueba que el papel del canal no es exclusivamente cuantitativo«.

¿Qué relevancia social tiene esto?

McLuhan ––explica Bourdin–– considera que los medios de producción determinan en gran medida a la sociedad y que su desarrollo técnico se halla estrechamente vinculado al del sistema de los canales de comunicación.

Y es importante destacar: «En lugar de formular juicios de valor sobre los programas de televisión haríamos mejor en estudiar la forma en que nos comportamos ante el receptor; eso nos instruiría mucho más».  Sugerencia que valoran y manejan a diario los expertos en arquitectura de uso de los dispositivos móviles, contenidos y aplicaciones digitales.

En el artículo Si no leemos, no sabemos escribir y si no sabemos escribir, no sabemos pensar, escrito por Alejandro Mar, aprendí hace unas semanas que:

Edmund Husserl escribe en su Lógica formal y Lógica trascendental: «El pensamiento siempre se hace en el lenguaje y está totalmente ligado a la palabra. Pensar, de forma distinta a otras modalidades de la conciencia, es siempre lingüístico, siempre un uso del lenguaje». Si no tenemos palabras, si no tenemos lecturas que enriquezcan nuestro lenguaje, nuestro pensamiento será muy pobre

Enfatiza Alejandro lo sustantivo:

Así, la lectura es una herramienta de desarrollo fundamental. Donde mejor se desenvuelve esta herramienta es en los libros, no en los pequeños artículos que dominan la Web. El encuentro con el lenguaje merece un espacio de concentración –el medio es también el mensaje–, un encuentro a fondo con la mente de un autor que puede haber muerto hace cientos de años pero que vive, al menos meméticamente, en el texto que se trasvasa a nuestra mente.

El Todai Robot Project

A finales de mayo leía en El País una entrevista a Noriko Arai,directora del Todai Robot Project. Se ha propuesto revolucionar el sistema educativo para que los humanos no pierdan la batalla laboral contra los robots. Afirma que “es el momento de hacer que nuestros niños sean más inteligentes que la inteligencia artificial”.

Entre otros logros, su robot fue capaz de escribir una redacción sobre el comercio marítimo del siglo XVII mejor que la mayoría de los estudiantes. Me llamó profundamente la atención esta evidencia presentada por Arai:

“Nosotros, los humanos, podemos comprender el significado de las cosas, algo que no puede hacer la inteligencia artificial. Pero la mayoría de los estudiantes reciben conocimiento sin comprender el significado. Y eso no es conocimiento, es memorización, y la inteligencia artificial puede hacer lo mismo. Debemos crear un nuevo sistema educativo”.

¿Por qué importan McLuhan y lo anterior?

Por las consecuencias, tan inminentes y graves que ya están ocurriendo. Si tienes cerca algún niño conectado a YouTube Kids mientras compartes conmigo estas líneas, deberías preocuparte. Y mucho.

El profesor Enrique Dans escribió hace unos días un artículo titulado ‘El problema no es Internet: es otra cosa mucho más preocupante’. Proliferan en YouTube Kids contenidos inapropiados que utilizan técnicas miserables pero fructíferas y económicamente provechosas. Entre ellas, usar imágenes reconocibles por niños, asociadas a otro tipo de valores y contenidos infantiles ––Mickey Mouse por ejemplo. Para enmascarar odio, violencia y otras perlas similares.

Se extenderá fácilmente y lo hará rápido. Nosotros los adultos ya estamos predispuestos para aceptarlo. Lo hacemos a diario. Recuerda a McLuhan y Bourdin al leer estas frases: Mira este video de Facebook, es entrañable. Voy a mandarte un wasap sorprendente.

Lo entrañable es el video, no el contenido del mismo, no el mensaje que emite. Lo sorprendente es el wasap, no la interpretación del pianista o la acrobacia del atleta.  

Receta de ingredientes conocidos

Así que la receta está sobre la mesa y sus ingredientes conocidos. Pensamiento empobrecido con mensajes cortos y sencillos. Quizá no sepas que en técnicas de posicionamiento en buscadores se bonifican, como elemento que mejora la lectura de un texto, frases cortas de aproximadamente 20 palabras. Con ello se eliminan de un plumazo coordinación, subordinación, yuxtaposición en pro de estructuras sintácticas mínimas: sujeto, predicado y complementos. Pero pocos, sólo hay 20 palabras. Y en cuanto a los párrafos, mejor que no superen las 5 líneas. He ahí ––abro ironía–– espacio suficiente para la profundidad de conceptos ––cierro ironía.

Sumemos al pensamiento empobrecido el predominio de los soportes visuales en tanto que medios calientes siguiendo la nomenclatura de McLuhan y la explicación de Bourdin: «aportan un mensaje definido, terminado y una gran cantidad de informaciones que no exige ninguna participación creativa a nivel de percepción, pero puede reclamar en cambio una reacción compensadora, una respuesta». Es decir, un clic, un «me gusta»…

Si como pensaba McLuhan, aunque Bourdin y otros lo maticen,  «el libro invita a la meditación, la radio a la discusión o la historia colectiva»: ¿a qué invitan comunicación y canales digitales? 

Creo que en la respuesta a esta cuestión se encuentra el porqué; por qué debe interesarnos lo que verdaderamente dijo McLuhan. Espero que las referencias a Alejandro Mar, Noriko Arai y Enrique Dans sirvan de punto de partida a la reflexión.

Porque deberías preocuparte ––y mucho–– si tienes cerca algún niño conectado a YouTube Kids mientras compartes conmigo estas líneas.

Imagen cortesía de Kai Stachowiak

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